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De las tres antiguas colonias francesas de Indochina, Laos es la menos desarrollada y más enigmática. Una sucesión de dominación colonial, conflictos armados internos y socialismo dogmático provocó que en los años setenta el país se hundiera y casi el 10% de su población emigrara. En la actualidad, tras permanecer aislado del resto del mundo durante casi década y media, este país, sin acceso al mar y escasamente poblado, disfruta de un período de paz: sus estructuras económicas y políticas se estabilizan poco a poco y ha empezado la afluencia de visitantes. La total ausencia de influencia extranjera permite al viajero acercarse al más tradicional estilo de vida del sureste asiático. Desde las fértiles tierras bajas del valle del río Mekong a las escarpadas montañas de Annam, los viajeros que han visitado Laos lo califican como la estrella del sureste asiático. La mejor época para visitar Laos se extiende de noviembre a febrero, ya que durante estos meses llueve menos y el calor es moderado. Visitar las montañas también es factible entre mayo y julio. Durante la estación pluvial, de julio a octubre, las carreteras pueden quedar cortadas por las aguas; trasladarse por los ríos resulta una buena alternativa. La temporada alta, entre diciembre y febrero además del mes de agosto, acoge un número limitado de visitantes.
QUE VISITAR:
VIENTIANE: La capital y sede del gobierno está emplazada en un recodo del río Mekong, entre fértiles llanuras aluviales. A pesar de su convulso pasado, Vientiane (pronunciado Wieng Chan por los lugareños) destaca por su admósfera pacífica, con un gran número de wats y bulliciosos mercados.
LUANG PRABANG: Esta ciudad está abandonando su letargo provocado por décadas de guerra y revolución. Sus históricos templos constituyen las principales atracciones turísticas; 32 de los 66 que se construyeron antes de la colonización francesa permanecen en pie. Asimismo destaca el bello paisaje montañoso que los rodea, en la confluencia de los ríos Khan y Mekong.
CELEBRACIONES: Las celebraciones suelen estar asociadas a los períodos agrícolas o las tradiciones budistas. El nuevo año lunar se inicia a mediados de abril, momento muy festejado en todo el país con ofrendas en los wats y mojándose con agua. Bun Bang Fai (la fiesta de los cohetes), una irreverente celebración de origen prebudista para incitar la llegada de la lluvia, acontece en mayo con multitud de procesiones, música y bailes, acompañados de la quema de cohetes de bambú. En el Festival de That Luang, que se celebra en Vientiane en noviembre y se prolonga durante tres semanas, pueden contemplarse fuegos artificiales, procesiones a la luz de las velas y actuaciones musicales.